miércoles, 18 de septiembre de 2013

El catedrático de Historia Pegerto Saavedra entra en la Academia



 
 


 
Santiago

En su discurso sobre la resistencia de las clases populares gallegas reclama "consideración para todo el patrimonio material e inmaterial acumulado por generaciones de campesinos"


El catedrático de Historia de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Pegerto Saavedra Fernández, ha ingresado en la RAG como académico numerario este sábado con un discurso sobre la resistencia que ofrecieron las clases populares gallegas al esfuerzo del registro del control de las diversas autoridades civiles y eclesiásticas, así como a la gran complejidad de las múltiples demarcaciones administrativas que dividían Galicia durante el Antiguo Régimen.
En su discurso 'Demarcacións, topónimos, papeis, memoria: sobre a división e o control do territorio na Galicia moderna', Pegerto Saavedra reclamó como conclusión "consideración para todo el patrimonio material e inmaterial acumulado por generaciones de campesinos durante siglos", que "corre serio riesgo de caer en el abandono y la desmemoria".


El historiador Pegerto Saavedra Fernández / XOAN REY (EFE)
Así, introdujo en su alocución -centrada en el análisis de la organización y control del territorio gallego desde la pluralidad de sus divisiones administrativas- una descripción de las dificultades que para los funcionarios de la Administración Central del siglo XVIII suponía el registro catastral de un lugar de tan dispersa y densamente poblado como Galicia.
Según Pegerto Saavedra, el esfuerzo por obtener una información fidedigna de las divisiones fiscales de Galicia y de las gentes que las habitaban dio comienzo ya en el siglo XVI, pero es en el XVIII cuando consigue una mayor determinación y amplitud en su propósito. En este tiempo, conforme la justicia del rey va penetrando en el país, entra en conflicto con la jurisdicción de los nobles y la propia manera tradicional de administrar justicia en las comunidades labradoras.
En lo relativo a la estructura parroquial de Galicia, esta división aparece como la más estable, pues llega desde la Baja Edad Media hasta nuestros días sin apenas cambios de importancia. La parroquia constituye la unidad de extensión por excelencia sobre la que el cura cobra su décimo, y está dividida, asimismo, en aldeas o lugares que no fueron apenas registrados en las relaciones catastrales de la época.
La Academia Galega destaca que, en su discurso, el nuevo miembro de la RAG señaló que en el catastro de Ensenada de 1753 --una tentativa del gobierno central por conocer de manera exhaustiva la extensión y calidad de las tierras de cultivo existentes-- encontró en Galicia una dificultad de difícil solución: la diferencia idiomática que complicaba la mutua comprensión entre los funcionarios encargados de recoger los datos y los labradores gallegos que debían suministrárselos.

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